Hace mucho tiempo atrás, antes de que el caos se extendiera por el multiverso, llego a existir un majestuoso reino en lo más alto de las nubes, el cual era conocido como Celestia.

  Dicho reino era el eje del equilibrio cósmico, un lugar donde los cielos infinitos y las torres doradas brillaban con la luz del amanecer eterno. Los ángeles, guardianes de la armonía, se movían entre sus altos salones de mármol y cristal, llevando la paz a todos lo reinos.

  Sin embargo, todo cambió cuando la ambición del hermano menor de Aetherion, uno de los Primordiales de la Luz, fue cegado por su ambición oscura.

  En el salón de Trono Dorado, cuya luz pulsante sostenía el equilibrio del multiverso, ese día los ángeles se congregaban en armonía. La paz parecía inquebrantable, pero una sombra oscura irrumpió en la sala.

  - ?Por qué someternos al equilibrio cuando podríamos regirlo todo? No somos esclavos del balance; somos sus amos – dijo el hermano menor del Primordial

  Su voz resonaba como un trueno en los pasillos, esto causo que los ángeles se volvieran hacia él con asombro y temor. Antes de que pudieran reaccionar, el hermano menor avanzó hacia el trono, levantando una esfera oscura en us mano, el cual era el resultado de sus investigaciones prohibidas

  Los ángeles guardianes intentaron detenerlo, pero la esfera oscura liberó una energía que derribo a todos

  - ?Luztherion, detente! ?No sabes lo que haces! – grito uno de los guadianes del trono

  Pero Luztherion no escuchó. Con un movimiento decisivo, arrancó un fragmento de la luz dorada del Trono, un acto que provoco que la tierra comenzara a temblar y emitir destellos inestables

  - Por fin… el poder para moldear el multiverso según sea mi voluntad – empezó a reír con amargura

  Fusionó el fragmento de luz con su esfera oscura, dando origen al Corazón Sombrió, un artefacto corrupto cuya energía era tan caótica como peligrosa.

  Intentó usar el Corazón Sombrío para reclamar el Trono, pero este reaccionó con un destello cegador. Una explosión de magía pura lo envolvió, dividiendo su alma en dos: la luz dentro de él se desvaneció para siempre, mientras su oscuridad quedo sellada dentro del Corazón Sombrío

  La ambición de Luztherion no solo marcó su propia caída, si no que también rompió la balanza que sostenía el multiverso

  El universo entero sintió el impacto de la traición. Grietas invisibles aparecieron entre los reinos y el equilibrio que los unía comenzó a desmoronarse.

  Los vampiros, antes controlados por su reina ancestral, comenzaron a cazar si medida.

  Los demonios, liderados por facciones ambiciosas, intentaron expandir su territorio en un esfuerzo por tomar el lugar que Luztherion había dejado vacío.

  Los elfos, los gigantes y las sirenas se vieron envueltos en conflictos que antes eran desconocidos para ellos.

  Lo que alguna vez fue armonía se convirtió en caos y guerra.

  A pesar de su derrota, la voz de Luztherion resonó en los confines del multiverso, dejando una advertencia.

  - Solo un alma nacida de la luz y las sombras podrá restaurar el equilibrio. Pero ese sacrificio abrirá el camino hacia una nueva era... o la destrucción eterna.

  - Mamá, ?Crees que esa alma realmente existe? – me mira llena de cuiriosidad

  - No lo sé, pero… creo que el equilibrio siempre encuentra su camino – tomo su cobija y la arropo – Ahora, a domir, mi peque?a so?adora

  Apago la lámpara y veo por la ventana del cuarto que las estrellas brillan más que la noche anterior.

  -? Las estrellas son personas mamá? – pregunta medio dormida

  - Mi madre siempre ha dicho que las constelaciones en el cielo son la lucha eterna entre amor y la muerte

  …

  El ambiente esta cargado de una vibra alegre. Como cada a?o como es de costumbre, una feria anual ilumina el parque central con luces parpadeantes y juegos mecánicos que se alzaban hasta el cielo. Veo por mi ventana a familias enteras y ni?os emocionados, caminando entre los coloridos puestos.

  Es una de mis temporadas favoritas del a?o, el como las luces brillan envueltas en la oscuridad. Bajo las escaleras corriendo y me dirijo hacia donde estan mi padre

  - ?Papá, papá! ?Vamos a la feria, por favor!, ?Mira cuántas luces! – mis padres intercambian una mirada entre ellos, ambos no pueden evitar reír al ver mi emoción

  - No sé – finge dudar - ?Crees que aguantarás hasta el final de la noche sin comerte un algodón de azúcar?

  - ?Papá! – me cruzo de brazos, poniendo cara de enojada – Prometo no comer algodón de azúcar – no lo puedo evitar es mi dulce favorito desde la primera ocasión que fui a la feria – tal vez uno solo, pero, te daré un poco – digo con una sonrisa

  Nos alistamos para ir a la feria, salimos de la casa y mientras noto que cada vez estamos mas cerca de llegar , no puedo contener mi entusiasmo. Mis pasos se vuelven brincos mientras mi vestido claro ondea con la brisa. Mis padres sonríen con tranquilidad al verme tan feliz

  Llegamos al parque de diversiones, se escuchan risas y ves sonrisas por donde quieras que voltees, por eso me gusta esta temporada, la felicidad se siente en el ambiente. Me detengo frente a mi juego mecanico favorito

  - ?Papá, mamá, quiero subirme ahí! ?Podemos, por favor? – se?alo emocionada el carrusel decorado con caballos blancos adornados con flores doradas y luces parpadenates. Mi padre asiente mirentras acaricia suavemnte mi cabeza

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  - Claro que sí, mi peque?a estrella. Vamos. – Subimos al carrusel y mientras da vueltas. Me siento como si estuviera montando un caballo de verdad, desde que supe que existan en verdad y no solo era un juego mecánico, siempre he querido montar uno, quisiera saber si se asimila un poco la emoción que siento en este momento.

  Mi madre nos observa desde afuera, saca un cámara y mi padre y yo sonreímos para tomar la foto

  Después de bajar del carrusel, nos detenemos frente a un colorido puesto de dulces. El vendedor es un anciano, el cual sonrie mientras se ajusta su delantal

  - Buenas noches, familia. ?Qué se les antoja hoy? Tengo algodón de azúcar, churros y más dulces de los que podrían imaginar

  - ?Qué opinas, Liora? ?Compartirás tu algodón de azúcar conmigo, o tendré que comer solo churros gigantes? – dice con tono juguetón mi padre mientras me mira

  - ?Papá! ?Siempre dices eso, y al final te lo terminas todo! – lo cual no es mentira, siempre que compra lo que a ambos nos gusta, tengo que apurarme a comer, porque lo mas seguro es que el se termine siempre mas de la mitad

  Mi madre empieza a reír mientras mi padre pide un churro grande, yo se?alo el algodón de azúcar más grande que veo.

  El anciano nos entrega lo que pedimos, yo no pierdo el tiempo en hundir mi rostro del algodón de azúcar, siento como el algodón se derrite dentro de mi boca, tan rico como siempre lo recuerdo.

  Empezamos a caminar, algo me llama la atención un oso de peluche enorme, es un puesto de tiro al blanco

  - ?Voy a ganar ese oso, mamá! ?Lo prometo! – hablo con determinación, me siento decidida tomo la pistola de balines, apunto de mi maxima concentración, disparo y… fallo en mi intento.

  Esta bien, no siempre se puede a la primera, vuelvo a disparar y… nada. ?Qué tan dificil tiene que ser?, siento el como la frustación de no poder darle obejtivo me invade, vuelo a intentarlo por tercera vez y vuelvo a fallar.

  - ?Esto no es justo! ?Es mucho más difícil de lo que parece! – resoplo, mi padre se me acerca con tranquilidad y con amor, me da un palmadita en la espalda.

  - Déjame intentarlo, ?vale? Yo tengo mucha experiencia en estas cosas. – toma la pistola con calma y… con un solo disparo certero, derriba el blanco . El vendedor me entrega el oso blanco, se siente tan esponjoso y suave, lo abrazo con fuerza huele a vainilla

  -?Papá, eres el mejor! ?Mira lo grande que es! – ambos empezamos a reír

  Por ultimo decidimos subir a la rueda de la fortuna, subimos a la góndola, mientras vamos tomando altura veo como el pueblo se empieza a ver

  - ?Miren! Todo se ve tan peque?o desde aquí arriba. Es... increíble. – es increíble el como la noche puede hacer que todas las minimas cosas brillen y se hagan notar

  - Desde aquí arriba, parece que todo está al alcance de la mano. Pero recuerda, hija, incluso las cosas peque?as pueden ser grandes para quien las valora. – dice mi padre, haciendome reflexionar en sus palabras.

  Una ráfaga de viento mueve suavemente mi cabello, por un momento quisiera que el tiempo se detuviera para poder admirar todo esto con cada detalle. Es tan hermoso como la noche se hace uno con las luces de las casas, es como si cada momento tuviera algo de magía

  De camino a casa, abrazo mi oso de peluche mientras reírmos y hablamos. Pero al llegar a la salida del parque, me detengo y miro hacía atrás, ojala todos los días fueran así, miro a un aldeano, quien esta en la oscuridad observándonos

  - Papá... mamá... siento como si alguien nos estuviera observando. – susurro con un poco de miedo. Mi padre me toma de la mano y sonríe

  - Es solo el viento, cari?o. Las luces se mueven con la brisa. Pero tal vez... solo tal vez... este lugar tiene un poco de magia

  Volvemos a caminar, denjando atrás pero no puedo evitar pensar el aquel persona. ?Quién era?

  …

  El sol rodea el bosque lentantamente, una suave luz naranja acaricia las hojas. El aire fresco de la ma?ana se mezcla con un aroma fresco del bosque, y el ambiente se llena de tranquilidad que solo la natureleza puede brindarte.

  Estoy esperando ansiosa que llego Lucian, quedo en venir por mi a mostrarme un lugar, me prometio mostrarme su lugar favorito del bosque.

  Ojalá en verdad sea tan hermoso como lo dijo, escucho en la parte de abajo un golpe suave en la puerta principal. Salgo corriendo de mi cama para abrirla yo.

  - Tranquila peque?a luz, te puedes lastimar – sonríe y abre la puerta con una sonrisa, Lucian esta de pie frente a él, con una expresión como es de costumbre, pero su expresión cambia cuando me ve a mi , ?sus ojos rojos brillan?

  - Hola, se?or Edward, estoy aquí como le prometí a su hija – sonríe

  - ?Cómo le prometiste? – levanta una ceja – Cuídala muy bien jovencito

  - No se preocupe, se?or Edward, me aseguraré de que vuelva sana y salva – dice me manera confiado

  Impaciente tomo la mano de Lucian con rapidez y comienzo a correr con el hacía el sendero, noto en su expresión que se sorprendió, empieza a reír, lo cual me llama mucha la atención. Llegamos al sendero, esta lleno de flores de todos lo colores, los aboles estás mas altos de lo normal apenas los rayos del sol pueden entrar.

  - Este es mi lugar favorito. ?Ves cómo todo parece estar en paz aquí? Es como si el tiempo no importara. – mira su alrededor. Observo el entorno con asombro

  El sendero nos dirige a un claro, donde un gigantesco árbol, de raíces retorcidas y tronco grueso, se coloca en medio de él. En las raíces noto se forma un pequelo refugio natural bajo su sombra, el pasto está cubierto de flores vibrantes en tonos morados, rojos y amarillos. A lo lejos, esta una peque?a cascad fluye suavemente el agua cristalina mientras cae sobre las piedras

  - Es un lugar mágico – los ojos me brillan de la emoción – es … increíble. Es como un lugar sacado de un cuento de hadas.

  Lucian me mira con una sonrisa, lo cual es muy raro para mi, se sube al bote

  - Ven vamos al arbol – me extiende su mano para subir al bote junto con él, el rema hasta llegar al arbol, bajamos del bote, se sienta en el centro del arbol.

  - A veces, cuando el mundo se siente demasiado caótico, este lugar me recuerda algo importante. La verdadera belleza está en las peque?as cosas. En esos momentos que se escapan de nuestra vista, pero que están ahí, esperando a ser descubiertos – mira el entorno con una sonrisa

  Me siento a su lado, sintiendo una extra?a conexión con este lugar, me acurruco junto a él, disfrutando de la serenidad que ofrece el claro

  - Lucian, ?porque me trajiste aquí? – pregunto, el voltea a mirarme, nuestras miradas se encuentran

  - Porque… - guarda silencio un momento – porque todo merecemos un oportunidad, ?no?

  Su respuesta me sorprende, pero aun asi sonriso, y ambos nos quedamos comtemplando la vista que da aqueel lugar. Como deseo que que este fuera un lugar en donde solo dos estuvieramos todos los días