El sol de la ma?ana ilumina el jardín trasero de la casa, las flores de colores vibrantes se mueven suavemente con la brisa. Estoy sentada con mi esposo en el jardín en unas sillas de mimbre, disfrutando de un café mientras observo a mi hija jugar con el viejo columpio que Edward contruyo con su llegada.
El columpio esta suspendio de una robusta rama del roble, se balance con fuerza mientras ríe, lanzándose hacia el cielo con un estusiasmo que solo una ni?a puede tener.
- ?Mira, mamá! ?Voy a tocar las nubes!- grita de felicidad
- ?No tan alto, peque?a! No queremos que vueles aún. Todavía eres nuestra estrella de aquí abajo – dice mi esposo ríendo.
- Si sigues así, tal vez necesitemos una cuerda más larga… o quizás una alas – a?ado riendo
Mi peque?a se suelta de columpio , aterrrizando con una gracia que siempre la ha caracteriza, corre hacia nosotros. Su cabello dorado birlla bajo la luz del sol, y sus ojos celestes reflejan la alegría pura de sus inocencia.
- ?Mamá, papá!, ?Podemos ir al lago hoy? ?Quiero buscar piedras brillantes! ?Quiero encontrar la más hermosa de todas! – nos pide con una sonrisa
- ?Otra vez las piedras? Creo que ya tenemos suficientes como para construir una caba?a entera con ellas – dice Edward figiendo cansancio pero con una sonrisa en el rostro.
- Pero papá cada una es especial. Igual que tpu dices que yo soy especial, ?No? – hace un puchero cruzando los brazos.
Ambos intercambiamos una mirada, con un mezcla de ternura y amor. Me inclino para acariciar el cabello de mi peque?a, siempre asombrada por las cosas que dice y la gran imaginación que tiene.
- Claro que eres especial, cari?o. Pero recuerda, a veces las más bonitas no necesitas ser buscadas; simplemente aparecen cuando menos lo esperas – su dulce mirada se vuelve pensativa, mira sus pies descalzos que rozan la hierba.
- Tal vez… pero creo que cada uno de ellas tienen un secreto que contar – dice un leve susurro
Edward deja escapar un suspiro, aunque no puede ecitar sonreír, empieza a susurrar hablando conmigo
- Tiene una imaginación que no entiendo, pero… a veces creo que es una ni?a muy inocente – Vuelve a sonreír
- Lo sé. Es como si su imaginación no tuviera limites. Pero no importa que tan grande sea su imaginación, siempre será nuestra hija – susurro sin dejar de apartar los ojos de nuestra hija
De repente, Liora da un saltito, impaciente por obtener una respuesta - ?Entonces vamos a o no? – alza un poco la voz.
Ambos empezamos a ríer y, de un solo movimiento Edward, la toma en brazos y la alza en el aíre mientras ella empieza a reír y a gritar de emoción.
- Está bien, princesa cazadora de piedras, ?al lago vamos! – empieza a girar con ella en el aíre. Al bajarla,mi peque?a hija nos abraza con fuerza.
- ?Los amo, papitos! – grita lleno de amor
- ?Nosotros también te amamos, mi peque?a estrella! – la abrazamos con fuerza.
Salimos de la casa con una canasta llena de comida para un picnic, nos dirigimos al lago del bosque. Mi peque?a va corriendo delante de nosotros, levantando cada una las piedras que encuentra en el suelo. Cada una parece más brillante a la luz del sol.
Al llegar al lago, el agua refleja el cielo despejado y las copas de los árboles, coloco la manta en el pasto, mientras mi peque?a se agacha junto a la orilla, buscando entre las piedras del fondo.
- ?Miren esta! – corre hacia nosotros y nos muestra una piedra - ?No les parece mágica?
La sostiene entre sus manos Edward, la observa examinandola con cuidado
- Definitivamente mágica. Creo que encontraste la piedra más especial de todas
A medida que el día transcurre, el cielo se pinta de tonos intensos de color rojo y naranja, el cual proyecta un brilla calído sobre el bosque. Nos sentamos en la orilla del lago, observando el atardecer
- Es un atardecer hermoso. Quizás uno de los que nunca olvidaremos – Edward asiente, me toma de la mano, la dirije a sus labios y la besa, me toma de mi cintura y me acerca hacía a él
- No se si sea el atardecer o este lugar tan lleno de magía como dice nuestra hija. Pero amo esto, amo tenerte como esposa y amo la familia que hemos creado juntos.
Lo beso tiernamente en los labios, el me envuelve entre brazos
- Que asco – escuchamos a Liora quien esta viendo con los ojos tapadps, ambos empezamos a reír al verla
Cuando regresamos a casa. Liora guarda sus piedras cuidadosamente en un frasco, colocándolo junto a los demás en su estantería.
…
La luz del sol comienza a asomarse por las ventanas del cuarto, las paredes tienen colores calidos, las cuales estan decoraradas con mis primeros dibujos, el techo esta decorado con estrellas que brillan en la noche.
Tengo 6 a?os y hoy es mí primer dia de escuela, aun estoy acostada, envuelta en mi manta favorita, escucho los pasos de mi madre dirigirse a mi cuarto., abre la puerta cuidadosamente, entra al verme acostada aún en la cama
This story is posted elsewhere by the author. Help them out by reading the authentic version.
- Cari?o, es hora de levantarte. Hoy es un gran día, tu primer día en la primaria – habla mientras se dirige al peque?o armario amarillo el cual tiene soles pitados a manos. Busca entre la roap mi uniforme de la escuela, cuando lo encuentra, lo saca cuidadosamente alisandolo con la mano.
De pronto veo a mi padre parado en la puerta, noto que es sus ojos estan llenos de lagrimas
- Yo… - se lo corta la voz, noto que tiene una mano detrás de su espalda – vengo entragar estas rosas a la princesa mas hermosa que he conocido – pone su mano escondida frente a él, muestra un ramo de rosas blancas.
Me siento en cama y miro a mi padre quien no evita empezar a llorar, me apresuro a acercame a él
- Papito no llores, solo son unas horas – lo abrazo
- Hija mía, mi princesa de cabellos dorados, y ojos cristalinos como el agua, ?En que momento estas creciendo tan rapido?, no estoy soportando ver a la princesa de esta casa crecer demasíado pronto – se hinca a mi altura, con su mano acaricía mi cachete
Este tipo de cosas hacen que olvide el vacío que a veces siento en mi corazón, mis padres desde que tengo memoría han cuidado de mi como si fuera su hija biologica, a pesar de que no son mis padre verdaderos, los amo como si lo fueran.
Noto que mi madre empieza a llorar, yo le extiendo la mano para que venga con nosotros, mi padre separa como cubrirnos a los dos con sus brazos, todos sentimos la pureza de nuestro amor, un amor calido, que transmite paz y armonía
De camino a la escuela, observo por la ventana del carro los cerezos que bordean las calles, están en plena floración, sus hojas verdes caen suavemente, el cual siempre me he a encantado
- Todo parece tan grande hoy, como si hoy fuera a descubrir grandes cosas – muerdo mi labio de emoción – por fin, la primaría, estoy tan emocionada que no puedo creer que hoy llego el gran día.
El carro se detiene frente a la peque?a escuela del pueblo, un edifició de ladrillos con un patio lleno de ni?os, puedo escuchar las risas de ellos. Mi padre apaga el motor y baja primero, me abre la puerta
- Vamos, mi peque?a princesa. Es hora de una nueva aventura – toma mi mano y me ayuda de salir del carro, mi madre de pone a su lado
- No tengas miedo cari?o, se que muy pronto haras nuevos amigos – empezamos a caminar juntos a la entrada de la escuela, mis manos me empiezan a sudar un poco por los nervios que siento, mi padre nota mi cara de miedo
- Cari?o, no temas, recuerda que siempre las grandes cosas llegan despues de dar el primer paso – acaricía mi mejilla y me da un beso en la frente.
Llegamos a la entrada del escuela, una amable profesora se acerco a mi
- Hola peque?a – sonríe amablemente – tú debes de ser Liora, Pero qué bonita ni?a – extiende su mano para que la tome – ven, te llevare a tu salón.
Suelto la mano de mi padre un poco dudosa, toma la mano de la maestra. Empezamos a caminar en dirección hacía la entrada de la primaria
- Tranquila, todo estara bien – entramos a la salón, muchos ni?os estan de pie corriendo y jugando, menos uno, esta sentado en una de la butacas de la esquina.
- Puedes sentarte en la cerca de tu compa?aro que esta sentado -me indica se?alando tres butacas delante de él, indico que si y empiezo a dijirme al lugar indicado, me siento, miro a mi alrededor, pero aun así entre el bullicío mis ojos se siguen digando en ese ni?o de cabello oscuro sentado en una esquina con la mirada perdida.
- Parece al margen del resto, frío y distante – hablo para mi misma
- Hola chicos – entra una persona adluta – me alegro que de esten todos aquí, soy su nueva profesora, mi nombres es Ana y sere la encargada de su aprendizaje – indica – empezemos presentandonos uno por uno, esto hará que se conozcan de manera mas rapida y sencilla - Se fueron parando uno por uno de mis compa?eros hasta que toco mi turno
- Peque?a es tu turno – me indica, me pongo nerviosa al ver que todos me estan mirando, me pongo de pie con las manos sudorosas
- Hola - ?Qué tenía que decir?, se me olvido por estar viendo aquel ni?o
- Presentante, di tu nombre, ?de donde vienes?, ?Qué quieres ser de grande? – me dice de forma alegre la maestra
- Me llamo Liora Everwood, soy adoptada – todos comienzan a susurrar entre si, menor el ni?o de la esquina, se mantiene quieto, observandome, un momento… ?sus ojos son rojos?
- Ni?os guarden silencio – ordena la profesora
- Vivo en el Pueblo de Hollow Creek y lo que quiero ser de grande es una protectora de los animales
- Muy bien Liora,puedes sentarte – hago caso y comieza mi compa?ero, sus ojos son de color rojo intenso, su mirada es muy fría como para ser la de un ni?o de mi edad
- Peque?o te toca – dice la profesora de manera amable, el salón se vuelve silencioso - ?Peque?o? – de nuevo no hay respuesta – esta bien pero te vas a presentar – indica – Ahora chicos, ?Alguien quiere bailar? – pregunta la profesora
Todos contestan de forma animosa, pero yo no puedo evitar voltear de nuevo a ver al ni?o de ojos rojos
Despues de varías actividades, llego la hora del recreo, todos salieron, menos el chico de ojos rojos y yo, ya pasaron unos minutos y el ambiente es un poco tenso. Me tengo que acercar a él, pero, ?De que forma?.
Me pongo de pie y nerviosa me dirigo a su lugar, él solo me mira de forma confundida
- ?Tienes miedo? – pregunto
- ?Por qué debería tener miedo Liora? – contesta sin mirarme
- ?De donde vienes? – noto que vacila un poco para contestar
- De la cuidad – responde con un suspiro
- ?De verdad? – me emociono – Eso suena muy emocionante, ?Quieres contarme un poco?
Alza una ceja, se nota que lo incomode por la forma espontanea que conteste.
- No, no quiero contarte – me mira en silencio
El timbre suena, y la maestra me pide que tomenasiento. Mientras el día avanza, intercambio una que otra mirada con él pero, siempre esta inexpresivo si rostro.
El sol de la tarde llena de calor la escuela, es la hora de la salida, mis padres estan esperandome en la entrada, mientras que el chico de los ojos rojos, esta afuera solo
- Padres de Liora – se acerca la mestra – ?Pueden llevar al ni?o a su casa?, vive cerca de ustedes
Mis padres aceptan si una omisión, lo cuatro nos subimos al carro, pero guardamos silencio en el trayecto
- ?Tus padres estan en casa? – pregunta mi paá
- No, llegan por la noche – dice
- Siendo de esa manera, ?No quieres quedarte a jugar un rato con Liora?
- Esta bien – lo miro confundida, no esperaba su respuesta
Bajamos del carro y nos dirigimos al jardín trasero, ambos nos sentamos en el cesped contemplando el cielo
- ?Porqué decidiste hablar conmigo? – pregunta mirando sus piernas
- Todos merecemos una oportunidad – digo con un sonrisa
Me mira de manera sorprendida, sus ojos parecen brillarle un poco, extiendo mis brazos para abrazarlo, siento su cuerpo tenso el contacto de mi brazos, me empuja y caigo de espaldas
- Yo… - noto su culpabilidad – lo siento
- Perdonamé tu a mi – me aveguenzo – no quería incomodarte
- Esta bien – me toma de mano y me ayuda a levantarme
Yo empiezo a reír y jugar entre las flores, el mira de manera confundido y por primera vez en el día lo veo sonreír
- Me tengo que ir – dice – camina a la puerta queda a la calle – Me llamo Lucían – dice antes de desaparecer de mi vista