Las Vísperas avanzaban con precisión quirúrgica entre los restos humeantes del campamento enemigo. Sus botas se cvaban en el suelo ensangrentado y cubierto de ceniza mientras sus mosquetes barrían cada rincón en busca de movimiento. Los cuerpos dispersos y el persistente olor a pólvora fueron testigos de reciente batal.

  La operación había sido un éxito, pero misión aún no había terminado.

  Shen Bao observa el campo de batal con una mirada fría. Sin perder tiempo, ordenó: ?Asegurad zona. Registrado cada edificio, cada árbol, cada túnel. No dejéis nada sin revisar?.

  Los soldados se dispersaron, inspeccionando metódicamente cada posible escondite. Pasos firmes, movimientos precisos, comunicación breve y eficaz.

  Ye Han se acercó, mosquete en mano, en posición de firmes antes de informar: ?Perímetro asegurado. Estamos asegurando los cuerpos y recogiendo equipo útil. Encontramos a un hombre herido: herida de ba, signos vitales débiles?.

  Shen Bao giró cabeza con interés. Un prisionero. "Muéstrame".

  Las Vísperas rodeaban a un hombre tendido en el suelo, con túnica empapada en sangre. A pesar de herida, su mirada aún ardía con furia contenida. Xuan Jie.

  Un cultivador vivo fue un premio inesperado. Información valiosa. Técnicas, tácticas, jerarquías.

  Shen Bao no dudó. ?Estabilicenlo. Atado de pies y manos. Lo llevaremos de vuelta a base?.

  Dos soldados se adentaron de inmediato. Vendaron s heridas más graves con movimientos rápidos y eficientes, sujetando firmemente su cuerpo debilitado. Xuan Jie intentó habr, pero solo logró un susurro entrecortado.

  Shen Bao se inclinó ligeramente, con una voz afida como una espada. ?No malgastes tus fuerzas. Pronto tendrás tiempo de habr?.

  Las Vísperas aseguraron zona con impcable precisión. Mientras algunos soldados examinaban los cadáveres enemigos, otros registraban los edificios en busca de documentos, armas o cualquier pista sobre s operaciones enemigas. El campamento, aunque devastado, aún albergaba secretos por descubrir.

  Ye Han se acercó de nuevo a Shen Bao. ?Encontramos varias cajas en un almacén subterráneo. Parecen contener algún tipo de mineral refinado. Aún desconocemos su valor?. ?Cárgas. Las analizaremos en base?.

  As the soldiers transported the crates, they found the captive miners—men and women in rags, their hands calloused and their faces etched with exhaustion. They recoiled in fear at the sight of the Vespers.

  One of the miners, a man with a patchy beard, cautiously stepped forward."Who are you? Are you going to kill us too?"

  Shen Bao regarded him with a neutral expression before replying."You are free to go."

  Silence filled the cave. Some miners exchanged incredulous gnces. Others, realizing the truth, began to sob.

  "We have nowhere to go," a woman murmured. "Our vilges were destroyed when we were captured."

  Shen Bao crossed his arms, considering. Releasing them here would condemn them to starvation, the cold, or worse—to being captured again. If they took them along, they could become a burden… or a resource.

  "If you can work, we can take you with us," he finally decred. "We can’t promise luxury, but you’ll have food and shelter."

  "I’ll do whatever it takes," a man said."So will I," added a younger miner.

  But not all shared their decision. A group remained still.

  "I appreciate what you did," one of them said. "But I want to go back."

  A few miners nodded silently and stepped away from the group.

  Shen Bao watched them for a moment before turning away."We move in five minutes. Anyone staying behind does so at their own risk."

  Those who chose to leave began to gather. Among them, a few young men with determination written on their faces.

  The Vespers completed the final inspection. Once the st valuable item was secured, they departed.

  The basement of Omega Zero was shrouded in darkness. Against a wall of cold stone, Xuan Jin y completely immobilized. A restraint colr anchored to the wall restricted his movements, while his hands were trapped in a steel box, eliminating any possibility of resistance. Though weakened, he was still a cultivator.

  Several meters away, beyond the thick bars, Ethan observed in silence. At his side, Shen Bao and a group of Vespers maintained a disciplined formation, awaiting orders.

  "Good work," Ethan praised in a neutral tone. "You met expectations."

  "Sir," Shen Bao responded with a slight nod. "The mine was secured. We eliminated resistance without any casualties."

  Ethan scrutinized the prisoner carefully. "Any attempts to manipute Qi?"

  "Negative," Shen Bao reported. "The colr and restraints have completely neutralized him."

  Ethan nodded slightly. "Good. We'll proceed with the interrogation. If he cooperates, there will be no need for additional measures."

  Xuan Jin, who had remained silent until then, raised his head with effort and spat on the ground. "No matter what you do. You won't get anything from me."

  Ethan did not react. His voice remained impassive. "You'll decide that in the next few minutes."

  Ethan remained silent for a few more seconds, observing him as if he were nothing more than a subject of study. He knew that initial resistance was inevitable; after all, Xuan Jin was a fourth-level Qi cultivator, with a hardened body and a will tempered by years of training. But all men had a threshold for pain, and the information accumuted in AION over centuries of human history made this child's py.

  With a slight hand gesture, he signaled Shen Bao and the Vespers to prepare.

  Xuan Jin chuckled mockingly, despite the dryness in his throat. "Do you think a little pain will make me talk?"

  Ethan did not respond. A Vesper slowly approached, drawing a knife from a nearby metal tray. He twirled it between his fingers, letting the light reflect off its bde with an icy gleam.

  "Conventional methods may be useless against cultivators," Ethan commented calmly.

  "But the body is still the body. Blood, nerves, tendons... No matter how much you strengthen it. Everything has a breaking point," he said, his cold voice echoing through the dark basement.

  The first cut was superficial, barely grazing Xuan Jin's arm, but enough for his skin to react. He did not make a sound. The Vesper continued, each movement calcuted to avoid lethal damage, yet precise enough to send waves of pain through the nerves.

  "Your resilience is admirable," Ethan remarked without emotion. "But even the strongest have a limit."

  Xuan Jin gritted his teeth, his breathing heavy. The minutes stretched on, each one marked by the metallic sound of the knife and the murmurs of the Vespers in the background. Finally, a strangled cry escaped his lips, followed by a gasp.

  "Ready to talk?"

  Xuan Jin lifted his head, his eyes filled with rage and exhaustion. For a moment, he seemed about to spit out another taunt, but instead, he let his head drop with a barely audible whisper. "I'll talk..."

  Ethan showed no reaction.

  "Good. Let's start with the basics," he said calmly. "How are Qi cultivators distinguished? How do you tell their level apart?"

  Xuan Jin took a ragged breath before responding.

  El nivel de un cultivador de Qi se mide por pureza y densidad de su energía interna. Del primer al tercer nivel, el Qi es inestable y tosco, apenas suficiente para fortalecer el cuerpo y mejorar percepción. Del cuarto al sexto nivel, el Qi se refina y puede usarse para técnicas de combate más avanzadas, como s bos de fuego. A partir del séptimo nivel, el cultivador puede proyectar su energía fuera del cuerpo con mayor facilidad y su vitalidad es varias veces mayor que de un mortal común.

  Ethan asintió.

  "?Cómo se comparan estos niveles con el Establecimiento de Fundación y el Núcleo Dorado?"

  Xuan Jin cerró los ojos por un momento, como si estuviera organizando sus pensamientos.

  El Establecimiento de Fundación es el siguiente paso en el camino del cultivo. Un cultivador de Qi aún es mortal, pero al formar su Fundación, su cuerpo y alma comienzan a transformarse. Es el umbral entre humanidad y el camino a inmortalidad. Un cultivador del Establecimiento de Fundación puede apstar fácilmente a cualquier cultivador de Qi. En cuanto al Núcleo Dorado...

  Su voz se volvió más áspera.

  Pueden aniquir ejércitos por sí solos. Su Qi es tan denso que su mera presencia ejerce presión sobre los débiles. Son seres que pueden vivir siglos y soportar heridas que matarían a cualquiera.

  Ethan permaneció impasible.

  Interesante. Ahora, cuéntame sobre fuerza de familia Xuan. ?Cuántos cultivadores tienen?

  Xuan Jin dudó, pero fría mirada de Ethan lo mantuvo en su lugar.

  El Patriarca, Xuan Fei, es un cultivador de Qi de séptimo nivel. Es un guerrero formidable y experto en técnicas de nza. Sin embargo, el verdadero pir de familia es el Gran Anciano, Xuan Jinhai, quien ha alcanzado el noveno nivel de cultivo de Qi. Ha vivido más de cien a?os, y su dominio del Qi es tal que puede enfrentarse a múltiples enemigos de su nivel.

  Hizo una pausa antes de continuar.

  Además, familia cuenta con cinco ancianos en el octavo nivel y cuarenta miembros entre el tercer y sexto nivel.

  Justo cuando terminó de habr, una notificación mecánica resonó en mente de Ethan.

  Análisis en curso: Detección de anomalías en microexpresiones y movimiento ocur. Discrepancia con patrones anteriores: Alta. Probabilidad de enga?o: 98,3 %.

  Ethan no reaccionó de inmediato. Su mirada se fijó en Xuan Jin con absoluta calma.

  "Estás mintiendo."

  Xuan Jin parpadeó, encontrando confusión.

  ?Qué dices? No tengo motivos para…

  Ethan levantó una mano, sosteniendo cualquier excusa.

  —Déjame reformur mi pregunta. ?Cuántos cultivadores tienes realmente? No me hagas perder más tiempo.

  Xuan Jin apretó los dientes; Tenía los nudillos bncos por tensión. Sabía que no podía enga?arlo.

  "Sesenta miembros entre el tercer y sexto nivel", dijo Xuan Jin apretando los dientes.

  Continúa. Quiero saber más sobre sus técnicas, métodos de forja y el tipo de materiales que utilizan...